Ayer fue la primera vez que puso todas las fichas de este juego en su agujero correspondiente, sin ayuda.
Ayer también fue la primera vez que se me tiró encima, y me plantó un beso en la mejilla, larguísimo y con un muuuuua exagerado. Después por la noche se lo hizo a su padre. Todavía tenemos la risa tonta cuando nos acordamos.